Con 219 votos a favor y 212 en contra se aprobó el pasado 22 de marzo en la Cámara Baja de los Estados Unidos la nueva reforma sanitaria que dará cobertura a 32 millones de estadounidenses que, hasta ahora, no disfrutaban de servicios sanitarios.
Esta controvertida propuesta coloca a Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, en un lugar destacado en la historia presidencial del país, ya que, aunque no es la primera vez que se persigue la aprobación de una legislación similar para el area de sanidad estadounidense, Obama ha sido el único en conseguir llevarla adelante.
La clave para que se aprobase la actual reforma ha sido la promesa de Obama a una decena de legisladores anti-abortistas de que Obama firmaría una orden presidencial garantizando que no se financiarán abortos con fondos públicos.
La nueva ley sanitaria de EEUU dará cobertura médica a cerca de 32 millones de personas gracias a generosos subsidios públicos. La reforma también afectará a aquellos que ya tienen seguro. Por ejemplo, la normativa prohíbe a las aseguradoras que nieguen tratamiento a sus clientes a quienes se diagnostica una enfermedad grave y costosa, y permitirá a los trabajadores que pierdan su empleo mantener las mismas condiciones de su cobertura sanitaria.
Se calcula que el coste de la ley ascenderá en los próximos 10 años a 938.000 millones de dólares.
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