La etapa de las dudas

La mitad de mi carrera. Eso es lo que, en teoría, llevo estudiado aquí en Madrid. Desde hace 2 años y medio estoy viviendo aquí con el propósito de licenciarme y acceder a un buen trabajo (pájaros en la cabeza…estudio periodismo). Es raro pensar que el tiempo pasa tan rápido que no soy consciente de que ya he pasado más de dos cursos aquí, alejado de todo a lo que siempre he estado acostumbrado: mi pueblo, mi familia, mis amigos, mi clima…

Ahora llega el momento de plantearse cosas. No sé si soy feliz con mi carrera, ya que en realidad en este mundo de la comunicación si no tienes suerte es muy difícil acceder a un buen puesto de trabajo. ¿Merece la pena estar tan lejos de toda mi vida para acabar con un papel que diga: Licenciado en…?

En realidad no lo sé. Intento buscar una respuesta afirmativa agarrándome como si me fuera la vida en ello a eso que llaman esperanza, pero poco a poco la esperanza se hace más y más resbaladiza y mis manos se impregnan cada vez más de la gelatinosa pared que la envuelve haciéndome caer poco a poco. Necesito un soplo de aire frío que congele lo viscoso que rodea a mi esperanza y que me deje trepar por ella hasta sentarme en su cima, para ver el mundo desde arriba y sin temores.

Se acerca el viaje de ecuador, Túnez podría marcar ese punto de inflexión que necesito urgentemente para poder empezar a sentirme capaz, como cuando era más pequeño y este tipo de dudas no me asaltaban con tanta frecuencia como ahora. Entonces era más feliz.