25 de febrero de 2010

Clima: seco y frío Madrid

Las dos características básicas que encuentro en la capital son las que dan título a este post. La sequedad del ambiente que hace que todo parezca más gris que en cualquier otra ciudad. El halo que envuelve la gran urbe es un gradiente de colores que abarca una gama inmensa de grises. Una ciudad en blanco y negro. Bonita, a pesar de todo, dentro de su escala de color.


El aire frío se me clava en la mirada y hace que involuntarias lágrimas aparezcan en el perfil de mis ojos, cayendo luego mojando mis pestañas y deslizándose por la piel de mis pómulos. Noto como el frío las convierte casi en hielo y me tersan la piel.

El calor sofocante también es característico de los veranos del interior. El centro de España también hace su vida acompañado de las altas temperaturas que aparecen en verano.

La lluvia cae aquí como una cortina hilada por millones de gotas. Agua que moja poco a poco y que no hace daño cuando al caer se encuentra con la superficie de tu cabeza. Una lluvia suave que impide ver a distancia los coches o transeúntes que deambulan por las calles rumbo a sus casas o a sus puestos de trabajo. El transporte público se convierte en un buen amigo cuando se trata de llegar a un lugar concreto. El metro se convierte en un lugar seguro esos días tristes. Un medio para llegar a tu destino sin mojarte. Ahí abajo todo es diferente, el mundo está arriba, te desplazas y te mueves sin que te moleste la realidad. Te escondes.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos días no son los que ayudan, precisamente, a mostrarse muy alegre... pero tampoco hay que dejar que eso nos invada y nos "anule"

no quiero verte así (y creo que entiendes a lo que me refiero...)

de todos modos he de decir que te pareces a esta ciudad en algo... BONITO A PESAR DE TODO

cosa =)

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